sábado, 18 de julio de 2009

Las Codornices


Gallinas o Codornices ?

Algunos puntos de comparación:
1000 codornices ocupan el espacio de 100 gallinas.
Tres huevos de codorniz equivalen a 1 de gallina.
Una codorniz pone un huevo cada 22 horas, la gallina lo pone con un lapso de 26 horas.
Un huevo de codorniz pesa 1 gramo, el de gallina 57 gramos.
Para una docena de huevos de codorniz es necesario 300 gramos de alimento; para una docena de huevos de gallina requiere 2.2 kilos.
El huevo de codorniz tiene 0.7% de colesterol, el de gallina 7%.
La postura de la codorniz es constante y pareja durante todo el año, la gallina sufre períodos de baja postura.
Las codornices no son atacadas por enfermedades infectocontagiosas, las gallinas sí.
La postura de la codorniz se produce en la mañana, la gallina en la última hora del día.
La codorniz se encuentra madura comenzar a poner huevos a los 42 días; la gallina en cambio a los 58.
Una sola persona puede fácilmente encargarse de un criadero de codornices; en lo referente a gallinas, hacen falta al menos dos.

Para lograr una buena crianza la elección del lugar es lo más importante. Es aconsejable reacondicionar lugares o aprovechar espacios que antes tuvieron otro uso. Resultan ideales los tinglados con posibilidades de cerramiento, galpones o habitaciones. Cuando se instala el cobertizo de alojamiento, deben tenerse en cuenta ciertas condiciones de luminosidad, ventilación y humedad.
Recordar: El reflejo de la luz del sol estimula la fijación de calcio en los huevos.
El terreno para ubicar la granja debe estar lo más alejado posible de casas de habitación, de otras granjas y de futuros centros urbanísticos, turísticos, etc., para evitar, entre otras cosas, el contagio de enfermedades entre animales y hacia el ser humano.
En todo momento es necesario disponer de electricidad y de una buena fuente de agua potable, para llenar las necesidades fisiológicas de las aves y de la limpieza de los galpones y equipo.
El tipo y calidad de construcción de un galpón, depende de las condiciones climáticas del lugar, de la finalidad de la producción y de los medios económicos con que se cuente.
El galpón debe ser construido en lugares secos, terrenos bien drenados, y preferiblemente en sitios donde el sol penetre varias horas durante el día y esté protegido de fuertes corrientes de viento.
Para el buen funcionamiento de la granja es necesario que los galpones tengan amplios aleros, especialmente en zonas húmedas; buena ventilación, acondicionamiento para los bebederos, comederos, nidos, luz eléctrica, fuente permanente de agua potable y una buena cubierta de piso.
La construcción ideal de un galpón debe tener un zócalo o pared de bloques de concreto con un mínimo de 60 a 80 cm de altura, sobre el cual se coloca los horcones de madera o "perlings" de 1,20 m; para una altura total de 1,80 m, desde el piso hasta la solera. El espacio abierto de la pared se forra con malla metálica (tipo ciclón o soldada), con huecos de unos 2,5 cm.
El piso de tierra se puede apelmazar y ser utilizado en esta forma, aunque por razones sanitarias es preferible chorrear una capa con concreto, de un espesor (5 a 6 cm) que no se quiebre con facilidad y dure muchos años, y que además permita efectuar una buena lavada. El material más recomendable para la cubierta del techo es el zinc corrugado, por su mayor durabilidad y facilidad de colocación; no obstante se puede usar cualquier otro producto como tejas de barro, fibrocemento, etc.
El tipo de galpón se debe ajustar a la actividad (crianza/desarrollo o crianza/producción de huevos) y al número de animales que se desea tener. Cuando el galpón tiene más de seis metros de ancho, se recomienda el techo de dos aguas, para que no sea muy alto y porque le brinda mayor protección al impedir la entrada de lluvia y viento.
Las dimensiones del galpón dependen básicamente del número de animales que se desee tener, de la topografía del terreno y de los materiales disponibles. Si no se tienen los conocimientos básicos de construcción, es mejor consultar con algún técnico o constructor, quien le pueda dibujar el plano del galpón y hacer el presupuesto respectivo. Lo lógico en todo caso, es que no haya desperdicio de materiales, como cortar lo menos posible la madera, perlings o las láminas de zinc. Hay que tratar de utilizar la mayoría de los materiales en las mismas dimensiones en que se comercializan. En zonas de clima caliente se deben alojar unas cinco gallinas por metro cuadrado, mientras que en clima frío se puede tener una densidad de seis o siete aves por metro cuadrado.
La instalación de jaulas decide el éxito, la mediocridad y hasta el fracaso de manejo de la crianza y explotación de criaderos de pequeños animales como por ejemplo las codornices, chinchillas o conejos, etc.
Las jaulas están construidas con materiales tan resistentes como el acero y el hierro galvanizado. el enrejado es vertical y en el frente se encuentra una puerta accionada por resortes que permite una absoluta comodidad al manipular las aves. El piso también compuesto por una reja metálica, posee un decible del uno por ciento para lograr que los huevos se deslicen hasta el sostén exterior de cada compartimiento.
Las dimensiones de las jaulas están normalizadas de manera tal que puedan ser ubicadas una encima de otra como si fueran baterías. en cada unidad lo ideal es albergar cómodamente veinte animales ya que las medidas son 1.20 mts. de largo por 80 cm de ancho y 40 cm de alto. Una batería compuesta por 6 jaulas (llamadas BOC) puede ubicarse fácilmente en una superficie de 1.50 mts. cuadrados y representan un valor de 990$.
Estas jaulas poseen características standart que permiten su transporte, instalación modular inmediata y un manejo simple y cómodo de las aves. Están diseñadas especialmente para que el alimento y los excrementos no tengan contacto entre sí. Poseen además sistemas de bebederos automáticos que se conectan a una red de agua corriente.



Es muy importante el tratamiento que reciban los huevos destinados a la incubación. Es menester tratarlos con delicadeza por la facilidad de su ruptura, además deben retirarse de las jaulas al menos dos veces por día. En épocas de calor es conveniente realizar la recolección de los huevos 3 o 4 veces al día.
La codorniz japonesa, al contrario de lo que ocurre con la gallina, pone más huevos en las últimas horas de la tarde y en las primeras de la noche. Los huevos destinados a la incubación deberán ser mantenidos en ambientes frescos y limpios, a una temperatura aproximada de 15º C y con un 75 por ciento de humedad relativa.
El tema de la temperatura es algo complejo. A veces huevos que llevan dos o tres días de puestos al incubarse sólo brindan un 20 por ciento de pollitos. Posiblemente esto se deba a que en algún momento antes de ser introducidos en la incubadora hayan estado expuestos a altas temperaturas provocando que el proceso del huevo comenzase con anticipación causando la muerte del embrión. Lo ideal es poseer un sala de incubación con cámara de conservación de huevos pero, en general, los criadores de codornices no cuentan con estas comodidades, en consecuencia, debemos tener más cuidado y estar muy atentos.
No es conveniente que los huevos que entran en la incubadora tengan más de siete días de postura ya que a medida que transcurren los días disminuye el porcentaje de nacimientos reduciendo las posibilidades de mantenerse en el pretendido promedio del 80 por ciento. De no realizar el manejo adecuado existe una mortalidad de embriones que se presenta principalmente, a los tres días de introducir los huevos en la incubadora y poco tiempo antes de producirse la eclosión. Son muchos los factores que inciden sobre la fertilidad e incubabilidad de los huevos, como la relación entre sexos, la edad de los reproductores y las condiciones de crianza.
Tener en el plantel un macho cada tres hembras es una relación adecuada para obtener una fertilidad aceptable. También la luz, la temperatura, el espacio, la de los animales, el despicado, peso de los huevos, los períodos de almacenamiento previos a la incubación, las condiciones de cría, etc., son factores que inciden, en mayor o menor grado, sobre la fertilidad.
Los machos pueden dejarse permanentemente con las hembras. La ventaja de este manejo es el máximo de fertilidad posible del plantel y la desventaja, el aumento del picaje, la agresividad del macho, el desplume, etcétera.


Un buen alimento es aquel en que están presentes todos los nutrientes en las proporciones necesarias para que las aves se desarrollen y produzcan huevos. La deficiencia de un nutriente puede retardar el desarrollo, disminuir la postura y hasta puede provocar susceptibilidad a enfermedades.
Los nutrientes pueden dividirse en seis clases: agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. es conveniente recordar cuál es la diferencia que existe entre un alimento simple y otro balanceado. Así por ejemplo, el grano de maíz es un alimento simple pues no contiene la proporción suficiente de todos los nutrientes que permiten a una gallina producir huevos en forma continua. Este cereal es rico en hidratos de carbono y pobre en proteínas, vitaminas y minerales.
Para compensar estas deficiencias se deben agregar otros alimentos simples, ricos en proteínas como la harina de soja, de girasol y harina de hueso y conchilla que aportan calcio y fósforo. Del correcto mezclado de distintas proporciones de alimentos simples se obtiene el alimento balanceado.





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